“Esto va más allá de los partidos”: Abinader llama a la unidad nacional ante la crisis haitiana
En medio de una situación cada vez más delicada al otro lado de la frontera, el presidente Luis Abinader volvió a poner el tema de Haití sobre la mesa —pero esta vez con un mensaje claro y contundente: esto no es un tema de política, es un asunto de país.
Durante su segundo encuentro con los tres expresidentes dominicanos —Hipólito Mejía, Danilo Medina y Leonel Fernández— en el marco del Diálogo del Consejo Económico y Social (CES), Abinader no anduvo con rodeos: “La grandeza de una nación se mide por su capacidad de encontrar unidad entre sus diferencias”, dijo con voz firme.
Y tiene razón.
Cuando se trata de nuestra soberanía, nuestra seguridad y el futuro de nuestras comunidades fronterizas, no hay espacio para politiquería barata. Es momento de que todos los sectores —sin importar color, logo o ideología— se sienten a hablar como dominicanos, no como rivales.
¿Qué está proponiendo exactamente?
El presidente fue claro y puso sobre la mesa seis puntos claves para construir una política de Estado frente a la situación haitiana:
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Un modelo migratorio humano, pero firme
Trato digno, sí. Pero con control. El país necesita reglas claras y que se cumplan, sin dejar espacios a la improvisación. -
Desarrollo de comunidades fronterizas
Porque no se trata solo de vigilar la frontera, sino de fortalecerla. Llevar inversión, empleo y oportunidades a esas zonas olvidadas. -
Un comercio bilateral justo y transparente
Que se comercie, sí. Pero con reglas claras. Nada de relajo en la frontera. -
Protección frente al crimen transnacional
Porque la inseguridad no tiene pasaporte. Hay que ponerle freno al tráfico de armas, personas y drogas que afecta a ambos países. -
Política exterior proactiva
No podemos solos. Se necesita que la comunidad internacional actúe con seriedad en Haití. RD ha hecho mucho, y no puede cargar con todo. -
Regulación de la mano de obra haitiana
Es una realidad que muchos sectores productivos dependen de trabajadores haitianos. Pero eso no significa dejar el tema a la deriva. Hay que regular, formalizar y proteger tanto a empleadores como empleados.
Un tema que nos toca a todos
Abinader dejó claro que este no es solo un problema de política exterior: es un tema de seguridad nacional, de soberanía y de convivencia.
Y más allá de los discursos, el gesto de sentarse con los tres principales líderes políticos del país manda un mensaje fuerte: aquí no se trata de quién tiene más votos, sino de cómo se garantiza un futuro en paz.
El llamado está hecho. Ahora toca ver si los demás actores políticos, sociales y económicos están dispuestos a responder con la misma altura. Porque la crisis en Haití no da tregua, y cada día que pasa sin decisiones firmes, se vuelve más compleja.
Este es el momento de actuar con cabeza fría y corazón patriótico. No desde el miedo, sino desde la responsabilidad.
Como dijo el presidente: “Es un deber que trasciende generaciones y colores políticos”. Y tú, ¿estás del lado de la unidad?
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